Autor(es): Wright, Chris
Por muchos años El Estado y la revolución (en adelante, EyR) de Lenin sirvió como fuente principal de la comprensión marxista del Estado por fuera de los círculos académicos. Esta obra ha formado a generaciones de marxistas con lo que parecía ser el análisis básico del Estado y una concepción definitiva del comunismo. Otras obras que le siguieron caen dentro de dos categorías. En primer lugar, tenemos trabajos complejos pero a menudo académicos y no accesibles al nivel popular, tales como los de Pashukanis, Poulantzas, el debate alemán sobre el Estado (con autores como Offe, von Braummueller, Hirsch y otros), Bob Jessop, John Holloway, Werner Bonefeld, Simon Clarke y otros más.
En segundo lugar, tenemos trabajos de alcance más popular, pero que realmente no van más allá de EyR, o ni lo alcanzan, como la obra de Ralph Milliband y la de cuasi-marxistas como William Domhoff. Raramente en los trabajos más elaborados encontramos una crítica directa de la obra de Lenin y su relación con Marx. Poca gente ha avanzado en tales críticas, y a menudo el debate ha quedado entre marxistas académicos. Por ejemplo, el debate entre Poulantzas y Milliband generó toda una revitalización del análisis sobre el Estado en el marxismo, pero el centro de atención recayó en ellos mismos. Más tarde, se dio el debate alemán sobre el Estado a partir de la revisión del libro de Evgeny Pashukanis, El Marxismo y la Ley, de 1924, pero éste no parece acercarse a Lenin más que la mayoría de las otras discusiones. Algo de esto tiene que ver con que muchos marxistas académicos han hallado tosco y simplista a EyR. De todas maneras, esta apreciación deja de lado dos puntos importantes. Primero, que Lenin no es tan tosco como muchos piensan. Su obra representa uno de los más elaborados desarrollos del marxismo sobre el Estado en ese período. Sólo Reforma o revolución de Rosa Luxemburgo, y algunas polémicas de Anton Pannekoek contra Kautsky y Bernstein representan un enfoque casi tan elaborado sobre el Estado en ese período, pero con un alcance mucho más limitado. Segundo, sólo Lenin reflexiona sobre el problema de la dictadura del proletariado, la Crítica del Programa de Gotha (en adelante nos referiremos a él como la Crítica de Gotha) y la Comuna de París de forma tan detallada. El libro de Lenin tiene también el mérito de enunciar el enfoque más libertario que los que en adelante él mismo sostendría sobre el Estado.
Además, dado que queremos considerar una obra que ha sido central para la formación de decenas de miles de marxistas, ¿a dónde más podemos ir? Sería como hablar de la concepción leninista del partido sin discutir el ¿Qué hacer? Por eso, intentaré criticarlo de varias maneras. Primero, tomaré la concepción de Lenin sobre el Estado, y en particular sobre el Estado capitalista. En ese proceso tendré que discutir también la concepción de Engels sobre el Estado, porque de ahí proviene la de Lenin, antes que de Marx. Segundo, voy a tomar la cuestión de la dictadura del proletariado en Lenin y Marx. El primero hace una serie de afirmaciones tanto sobre la constitución del “socialismo” (la primera fase del comunismo) como sobre la existencia del Estado. En ambos casos, se basa frecuentemente en La guerra civil en Francia y La crítica de Gotha, pero pienso que se aparta fundamentalmente de estos trabajos. Tercero, voy a encarar la relación entre la concepción de Lenin sobre la sociedad post-revolucionaria y la cuestión del partido y la conciencia. Formularé breves comentarios sobre las concepciones alternativas de la relación de las organizaciones revolucionarias con la revolución y los órganos de poder de los trabajadores. Finalmente, dejaré abiertos algunos interrogantes para pensar en función del desarrollo de una concepción de la revolución para el siglo XXI (partiendo del concepto de fetichismo de Marx y de su idea del comunismo como el movimiento/lucha real de la clase trabajadora).
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http://www.herramienta.com.ar/print/revista-herramienta-n-21/critica-el-estado-y-la-revolucion
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