la familia iskariote

Primera banda en el mundo que practico el Ska-Hardcore activismo, dinamita en iglesias entre canción y canción, no permanece unida la familia Iskariote. Aunque hablen últimamente de formar un ochote.

viernes, 23 de mayo de 2014

Guerra contra la guerra de la Unión Europea + Ni "derecho a decidir" ni "podemos". Elecciones farsa.

Asamblea de Anarquistas y Comunistas por el Contraataque de Clase Contra la Unión Europea



Guerra contra la guerra de la Unión Europea del trabajo barato y disciplinado, del desempleo, de las contradicciones económicas y políticas, del racismo, del canibalismo social, de las intervenciones imperialistas, y del apoyo abierto a los neonazis (Ukrania)

Abstención del proceso de su legitimización política

El voto en las próximas elecciones del 25 de mayo constituye una aceptación que somos incapaces de defender nuestros intereses obreros y populares con nuestras propias fuerzas

Participación en la lucha diaria de clase, en el reforzamiento de las luchas obreras sin patrones, en las redes de resistencia antifascistas, en las luchas contra el desarrollo capitalista y la destrucción medioambiental, en la lucha de los presos contra los calabozos de las cárceles, en la lucha de los inmigrantes contra los campos de concentración, en la negativa generalizada a pagar por cubrir nuestras necesidades

Por la creación de una entidad política entre las fuerzas proletarias y populares, la única fuerza históricamente capaz de puede dar un frenazo a la ofensiva del sistema capitalista, abriendo el camino al enfrentamiento total con él
El 25 de mayo la Unión Europea celebra elecciones para los representantes políticos que serán llamados a gestionar la cuesta debajo de la vida de los pueblos de Europa. En un período agitado de cambios sociales arrasadores provocados por la crisis capitalista, en una coyuntura casi de guerra, reveladora del carácter ya descaradamente anti-obrero y anti-popular de la Unión Europea, las próximas elecciones adquieren para el movimiento obrero y popular una importancia crucial. Se convierten, de hecho, en un punto de referencia fundamental, incluso si la institución del Parlamento Europeo no tiene ningún poder real en la toma de decisiones de las políticas centrales de la UE, ya que los resultados de las elecciones será un antecedente importante para la futura correlación de poder entre las fuerzas del Capital y del trabajo. Será negativa para las primeras, si se condenan los partidos que directa o indirectamente apoyan la “vía única europea”, y favorable para las segundas con la abstención masiva consciente de las urnas como una acción de rechazo de un proceso de legitimación social y política de la UE y de su estrategia.

El estallido de la crisis capitalista y su rápida propagación (difusión) en el núcleo de los fundamentos del sistema capitalista-imperialista, o sea de la UE, ha desplazado las placas tectónicas de la ilusión capitalista de la posguerra sobre las cuales había sido edificada. La actividad sísmica que la sucedió derrumbó acervos sociales consolidados durante varias décadas, y coaliciones sociales de Poder tradicionales, provocó explosiones sociales discontinuas pero fuertes, sacó a la luz a fascistas y neonazis, y entre otros dio un golpe al núcleo de la ideología de la “Unión Europea de la convergencia y la solidaridad”. Apenas dos décadas después de los pronunciamientos festivos de los partidarios del Sistema a nivel mundial sobre el “fin de la historia”, la intensificación sin precedentes del contraste (contradicción) capitalista estructural entre el carácter social de la producción, por un lado, y la apropiación privada de sus productos por otro lado, dio a luz una crisis más en la historia del capitalismo, tal vez su crisis más profunda, ya que esta tendrá que levantar el peso de todos los puntos muertos acumulados en el Sistema por el “desarrollo” de la etapa anterior “gloriosa”, el cual se había vasado en productos derivados de la Bolsa.

En este contexto, el fracaso estrepitoso de uno de los pilares principales del mundo capitalista de cumplir con sus declaraciones pomposas sobre la prosperidad y el desarrollo económico de los pueblos de Europa, estaba predestinado. Y no podría ser de otra manera, tanto porque sus objetivos estatutarios eran el fortalecimiento de la rentabilidad capitalista a través de la expansión sin trabas de la esfera de acción del Capital, tanto porque las condiciones de la unificación a las clases dominantes de los países europeos eran desde su inicio débiles y contradictorios. La tentativa de coalición de formaciones económicas capitalistas desiguales sobre la base de las reglas fiscales estrictas impuestas por el Pacto de Estabilidad y posteriormente por la Unión Económica y Monetaria, ha intensificado las desigualdades y ha creado un desequilibrio de poder, que de hecho no se podía confirmar las declaraciones propagandísticas sobre el “entorno europeo igualitario y solidario”. Esta UE, de la mano de obra barata y disciplinada y del desempleo, de la desigualdad económica y política, del racismo y del canibalismo social, la UE de las intervenciones imperialistas y el apoyo abierto de los neonazis (Ucrania) el 25 de mayo nos llama a elegir al personal civil que gestionará esta situación, o en vano fingirá que lucha contra el régimen de la indigencia económica y social de los pueblos de Europa.

Para la Grecia de los memorandos y de la vigilancia por los usureros europeos durante cuatro años, la exigencia europea para el resultado electoral es clara: la dominación total de las fuerzas políticas que puedan sostener sin inhibiciones y vacilaciones la elección estratégica fundamental de la burguesía nacional. Es decir, que Grecia se sume y se someta a la UE sin condiciones: esta es la continuación rigurosa de la “Gran Idea” de la burguesía griega y de su Estado. Así que la burguesía local e internacional se precipita, con todos los instrumentos de propaganda y manipulación de que dispone, a ofrecer ayuda a la coalición ultraderechista tambaleante (de los partidos Nueva Democracia y Pasok). Así pues pretenden hacer frente al desprestigio político de los dos partidos tradicionales que se turnan el Poder, y a la amenaza que él genera, con respecto a la promoción de sus planificaciones económicas y políticas, dedicándose a un apoyo electoral de ellos sin precedentes.

Las declaraciones sobre el “logro” de conseguir un superávit y de “salir a los mercados” sirven precisamente este objetivo: frenar el ambiente creado contra el gobierno, y crear falsas ilusiones sobre la recuperación de la economía. Sin embargo, el supuesto logro de un superávit constituye una estafa de dimensiones históricas, un momento glorioso de la “contabilidad creativa”, ya que se basa en la suposición arbitraria que las enormes transferencias de dinero del erario público a los banqueros y el pago de los intereses de los préstamos onerosos no son gastos públicos y por lo tanto no aumentan el déficit. Por otro lado, la tan mentada (cacareada) salida a los mercados – como un signo de confianza en la economía griega, que ahora echa los cimientos de una nueva fase de la política económica, sin la necesidad de memorandos-, ocultando con esmero las condiciones reales bajo las cuales ha sido “conquistada”: El parámetro fundamental de que el préstamo de los 3 mil millones de euros que ha tomado Grecia de los “mercados” (fondos especulativos, principalmente norteamericanos y europeos) tiene el interés más alto en Europa (4,5%) así como sus condiciones, se rigen por el desorbitado para el deudor régimen del Derecho inglés, junto por supuesto con el hecho innegable de que el importe de los intereses y del mismo préstamo (más de 400 millones de euros, que ya están pagando y seguirán pagando los trabajadores), así como de los anteriores, son algo más que suficientes para pedir nuevos préstamos y por lo tanto nuevos memorandos para pagarlos.

Sin embargo, aparte de la necesidad de comprender el tamaño de la estafa que se montó para perjudicar a las fuerzas laborales populares y para apoyar a la coalición gubernamental, lo que realmente se juega a nivel político para dichas fuerzas se centra en lo que se deja entrever tras las celebraciones por los “éxitos” de la economía griega. Porque en realidad, con el anuncio de estos éxitos se inaugura una nueva serie de ofensivas, aún más despiadadas, ya que cualquier posibilidad de la economía griega de mostrar signos de estabilidad o recuperación procederá del saqueo intensificado de la clase trabajadora y de la riqueza social y natural. Los superávit, los préstamos de los mercados y el desarrollo tan esperado constituyen en realidad las palabras clave que codifican las nuevas correlaciones de clase de la explotación. Salarios más bajos, menos atención médica, menos derechos laborales y sociales, más impuestos, más represión y más miseria, son los elementos del nuevo mundo que nos está esperando, del mundo del “desarrollo” en el ámbito de la Europa capitalista.

En este contexto, la participación en las próximas elecciones es -objetivamente- la legitimización de la institución más representativo del embellecimiento de la índole antisocial de la UE. Es claro que nuestros intereses populares autónomas podemos defenderlos con nuestras propias fuerzas. En última instancia, somos capaces de seguir el único camino que han seguido los oprimidos de todo el mundo, y que han logrado conquistar todo lo que ahora nuestros opresores están recuperando: él de la lucha de clases organizada. Hoy día, con el sistema político tambaleándose, con el antiguo sistema bipartidista desvaneciéndose, y con la ausencia de un bloque gubernamental alternativo sucesor intensificando la inestabilidad política actual que estamos viviendo, se están formando las condiciones más difíciles y a la vez favorables para la aparición de un movimiento proletario autónomo, capaz de agitar y luego derrocar el frágil frente de la burguesía.

Una evolución semejante constituye hoy sin duda el mayor temor del bloque burgués: él que refuerza el terrorismo represivo e ideológico, y hace emerger todas las fuerzas anti-obreras y contrarrevolucionarias, siendo la primera de ellas el partido neonazi Aurora Dorada. Es el mismo temor que alimenta a los cortesanos de la burguesía -la creación de partidos-híbridos, como el partido recién montado, llamado Potami (Río), al tiempo que conduce a la interconexión abierta con la política de los sectores más reaccionarios, como los casos de candidatos en las elecciones municipales Moralis-Marinakis y la mafia de los armadores a la que representa. En esta coyuntura, la Izquierda sumisa al Régimen, cuyos liderazgos son tanto la jefatura del autodenominado Partido “Comunista” de la fanfarronería y la retirada de la actividad viviente del movimiento, como el partido socialdemócrata Syriza, que ha dado sus credenciales a la UE y la Unión Económica y Monetaria, sigue contemplando pasivamente la mayor ofensiva de carácter clasista después de la segunda guerra mundial, incorporada al Sistema y al parlamentarismo. Específicamente Syriza, siendo una potencial fuerza gubernamental, es una verdadera estafa, no sólo porque con sus orientaciones “derechistas” reconoce ahora casi la totalidad de la deuda pública, sino sobre todo a causa de su política ahistórica y demagógica sobre una supuesta posibilidad de obtener beneficios en perjuicio del Capital en tiempos de plena crisis a través de negociaciones y compromisos mutuos.

En esta coyuntura tan crucial para el movimiento obrero y popular, la lucha contra las próximas elecciones, concebidas como una institución de legitimización de la UE, se debe convertir en un campo de reunión y colectivización de las resistencias y las luchas, del resurgimiento de la guerra social y de clase. Debe constituir para todos, los desempleados, los obreros, la gente que resiste, un punto de referencia de la resistencia a la UE imperialista y la coalición gubernamental que la representa en este país. Debe constituir una oportunidad para la manifestación colectiva de la negación y del conflicto con un mecanismo criminal que encarna los intereses de la burguesía contra los nuestros, con un mecanismo que en el nombre de la ganancia capitalista devalúa nuestras vidas, convirtiéndonos en esclavos modernos de los patrones locales e internacionales.

Nuestra actitud, por lo tanto, no puede ser la de votar, ni la de la delegación o de la abstinencia apolítica, sino la la lucha diaria por la creación de una entidad política compuesta por las fuerzas políticas proletarias populares del país, o sea la única fuerza históricamente capaz de dar un frenazo a la ofensiva del Sistema, y a la vez de abrir el camino para el enfrentamiento total con él.


El texto del cartel:

Guerra contra la guerra de la Unión Europea del trabajo barato y disciplinado, del desempleo, de las contradicciones económicas y políticas, del racismo, del canibalismo social, de las intervenciones imperialistas, y del apoyo abierto a los neonazis (Ukrania)

Abstención del proceso de su legitimización política

El voto en las próximas elecciones del 25 de mayo constituye una aceptación que somos incapaces de defender nuestros intereses obreros y populares con nuestras propias fuerzas

Participación en la lucha diaria de clase, en el reforzamiento de las luchas obreras sin patrones, en las redes de resistencia antifascistas, en las luchas contra el desarrollo capitalista y la destrucción medioambiental, en la lucha de los presos contra los calabozos de las cárceles, en la lucha de los inmigrantes contra los campos de concentración, en la negativa generalizada a pagar por cubrir nuestras necesidades

Por la creación de una entidad política entre las fuerzas proletarias y populares, la única fuerza históricamente capaz de puede dar un frenazo a la ofensiva del sistema capitalista, abriendo el camino al enfrentamiento total con él

Asamblea de Anarquistas y Comunistas por el Contraataque de Clase Contra la Unión Europea



Ni "derecho a decidir" ni "podemos". Elecciones farsa.





La abolición del Estado de derecho se proclama con toda franqueza en el Tratado sobre el Mecanismo de Estabilidad Financiera (MEDE). Las decisiones de los miembros que marcan la pauta en este organismo de rescate son inmediatamente efectivas desde el punto de vista del derecho internacional y no están vinculadas a la aprobación de los Parlamentos.

Los capitalistas occidentales saben muy bien que sus formas de dominio y explotación están en crisis y corren el riesgo de colapso inminente. Los países llamados emergentes con China a la cabeza,con su alta productividad, su diferencia de salarios, etc… garantizan una competitividad y un crecimiento imposible de contrarestar. Los Estados Unidos podrán mantenerse, por ahora, gracias a los recursos energéticos y la tecnología. Europa lo tiene crudo. La Unión Europea (UE) irá perdiendo su participación en la economía mundial. Por ello, se esforzará en ralentizar al máximo esa pérdida, aumentando más y más la explotación sobre la naturaleza y la población en general. Puede que consiga incluso paralizaciones puntuales y transitorias. Pero la transferencia de poder por razones económicas propiciará el relevo de la hegemonía mundial. Ni que decir tiene que para nosotr@s l@s desheredad@s, todo seguirá igual o incluso irá a peor si no nos oponemos desde el primer momento y ese momento ya ha llegado.

A sabiendas de que no sólo es la economía lo que está en juego. Apelando al sentimiento nacionalista de la Gran Rusia, Putin tiene la intención de restaurar el poder imperialista de la antigua U.R.S.S. Primero fue Chechenia, depués Georgia, ahora Ucrania, y luego...

A lo largo de la historia han habido diferentes salidas a situaciones parecidas. Este año se cumple el centenario de la confrontación entre las potencias imperialistas del principio del siglo XX. Más tarde, a finales de la segunda Guerra Mundial, los EEUU se afirmaron como potencia hegemónica, tras la masacre de obrer@s y campesin@s que fueron los que pusieron l@s muert@s a millones. Sucumbieron en el enfrentamiento entre herman@s de clase, en vez de seguir la llamada a la revolución social como así lo hicieran la mayoría de sus herman@s del estado español en 1936, y acabar con los capitalistas, fuesen del bando que fuesen. No olvidemos la traición de los partidos comunistas, con el PCUS a la cabeza, que con sus Frentes Populares interclasistas renunciaron a la revolución y permitieron que la clase explotada tuviera que conformarse con las migajas que el llamado Estado del Bienestar le ofrecía. Con el fin de la segunda Guerra Mundial y la victoria de los Aliados, se estableció el predominio del imperio yanki y desde ahí empezó la construcción europea, volviendose dependiente económica y militarmente por medio del Plan Marshall y de la OTAN.
Intelectuales europeos encuentran grandes similitudes hoy día, entre los momentos inmediatamente anteriores a la caída del Imperio Romano de Occidente y la situación actual. Los síntomas son similares; crisis financiera, exceso de burocracia, problemas económicos, corrupción, desmembramiento geográfico del estado, creación de ejércitos privados por las oligarquías, degeneración del imperio y después, fin del estado. Dichos intelectuales no hablan de crisis, sino del fin de la civilización.
A la caída del Imperio Romano, a pesar del hiperdespotismo del estado y los latifundistas con sus ejércitos privados, las rebeliones campesinas, las insurreciones bagaudas, la liberación de esclavos, la presión en las fronteras de los pueblos germánicos como elementos «desintegradores» pudieron sobre los «integradores», como las civitas, la ley, la lengua o la religión cristiana con sus obispados, principal elemento integrador y en muchos lugares la única forma de estado. Cuando la insurrección se generalizó empezó la descentralización, las ciudades fueron abandonadas o se redujeron a la mínima expresión. Muchos territorios fueron liberados, los insurrectos se apropiaron de las tierras pertenecientes a sus antiguos amos y las pusieron en común. Si añadimos a todo ésto la existencia de pueblos que nunca fueron romanizados, aparece que al colapsar el Imperio Romano nacieron miles de comunidades de aldea, autónomas y sin estado, que perduraron largo tiempo. (Aunque junto a ellas, otros territorios quedaron bajo las nuevas formas de dominación, se formó algo parecido a una «piel de leopardo» compuesta por zonas libres y otras dependientes). L@s insurrect@s sabían que mientras los amigos de la dominación no desapareciesen, lo logrado había sido por las armas y con éstas sabían que lo tendrían que defender. Recuperaron castros defensivos que ya habían sido utilizados en la edad del hierro, construyeron otros. Hoy, las pruebas materiales de este pasaje de la historia se van conociendo. Gracias a recientes trabajos arqueológicos, los llamados «tiempos oscuros» se van clarificando y están permitiendo mostrar que con la caída del imperio romano no se pasó inmediatamente ni en todos los lugares al unísono a la sociedad feudal, como aseguran entre otros los marxistas.

Ante la situación en la que estamos y pensando que la que se nos avecina será peor si cabe, pensar que un voto o incluso millones de ellos puedan reformar algo a mejor o dar «derecho a decidir», recuperar el «estado de derecho» o cambiar el rumbo que lleva el barco hacia el iceberg, es de neci@s. Y más, cuando hace dos años entró en vigor el Mede: Mecanismo Europeo de Estabilidad. Decía Hans Magnus Enzensberger, escritor alemán en el periódico El Pais del 27 dediciembre del 2012: «La abolición del Estado de derecho se proclama con toda franqueza en el Tratado sobre el Mecanismo de Estabilidad Financiera (MEDE). Las decisiones de los miembros que marcan la pauta en este organismo de rescate son inmediatamente efectivas desde el punto de vista del derecho internacional y no están vinculadas a la aprobación de los Parlamentos. Estos miembros se autodesignan, igual que en el antiguo régimen colonial, como gobernadores y, al igual que los directores, no tienen que rendir cuenta alguna frente a la opinión pública. Al contrario, están expresamente obligados a mantener el secreto. Esto recuerda a la omertà, que forma parte del código de honor de la mafia. Nuestros padrinos se sustraen a cualquier control judicial o legal».

Abtraerse de la realidad haciendo la política de la avestruz o dejar que charlatan@s de todo color político nos vendan esperanza, como si de un crece-pelo se tratase, nos engañen con un voto -nos auto-engañemos o no- no parará el destino que nos espera a las clases populares, de la hasta ahora, rica Europa.

Conocer la historia nos puede ayudar a ver por donde pueden ir los tiros, nunca mejor dicho. Aprender de los aciertos y de los errores, también nos puede servir para saber que podemos ganar o perder, en función de lo que apostemos en el envite. La partida ha empezado, en ella jugamos tod@s y el empate no existe.

Iparretako Ak.


para consultar el Tratado Mede: www.european-council.europa.eu/media/582869/01-tesm2.es12.pdf


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